Peregrinaciones
Peregrinar es salir de nuestro hogar, de nuestras comodidades, de nuestra rutina y ponerse en camino hacia un lugar. Pero llegar a ese lugar no es el fin, ni tan siquiera la meta, si el fin fuera llegar sería la manera de viajar más tonta que existe hoy en día. El fin, la meta, está en el camino, en el caminar, en lo que se vive en el camino.
Es el caminar y el cambio que experimentamos a lo largo de ese caminar lo que da razón a la peregrinación. Llegar a Santiago no es sólo ver la plaza del Obradoiro, es ir acumulando sentimientos, pensamientos y decisiones durante los días de camino, para presentárselo al Apostol y decirle, "esto lo pongo en tus pies, para que tú se lo muestres al Padre por mi. Yo he cambiado en estos campos de Galicia para que Cristo me ayude a cambiar cuando vuelva a mi casa de Madrid."
Los romeros que van a Roma, van a escuchar a Papa, pero sobre todo van a decirle con su corazón al Papa: "yo he venido a la tumba de Pedro para escuchar a ti, su sucesor, y se que este caminar abre mi corazón para escuchar mejor tus palabras y ponerlas en práctica en mi vida".
Ir al Castillo de Javier, y todos los años ¿Para qué? La respuesta nos la da estar en aquellas tierras, las del gran misionero. Nosotros somos misioneros en nuestros ambientes ¿Qué menos que ir a rezarle a misionero san Francisco Javier para que nos ilumine en nuestra misión en Madrid?
En la Deleju hemos, y seguimos, organizando peregrinaciones, para abrir la mente de los jóvenes y para que en este esfuerzo, en este caminar Dios penetre más en vuestros corazones.
Es el caminar y el cambio que experimentamos a lo largo de ese caminar lo que da razón a la peregrinación. Llegar a Santiago no es sólo ver la plaza del Obradoiro, es ir acumulando sentimientos, pensamientos y decisiones durante los días de camino, para presentárselo al Apostol y decirle, "esto lo pongo en tus pies, para que tú se lo muestres al Padre por mi. Yo he cambiado en estos campos de Galicia para que Cristo me ayude a cambiar cuando vuelva a mi casa de Madrid."
Los romeros que van a Roma, van a escuchar a Papa, pero sobre todo van a decirle con su corazón al Papa: "yo he venido a la tumba de Pedro para escuchar a ti, su sucesor, y se que este caminar abre mi corazón para escuchar mejor tus palabras y ponerlas en práctica en mi vida".
Ir al Castillo de Javier, y todos los años ¿Para qué? La respuesta nos la da estar en aquellas tierras, las del gran misionero. Nosotros somos misioneros en nuestros ambientes ¿Qué menos que ir a rezarle a misionero san Francisco Javier para que nos ilumine en nuestra misión en Madrid?
En la Deleju hemos, y seguimos, organizando peregrinaciones, para abrir la mente de los jóvenes y para que en este esfuerzo, en este caminar Dios penetre más en vuestros corazones.